23 de octubre de 2008

Concursante número seis: Imeldita




Nombre: IMELDA

Ocupación: Sus labores... y las de los demás, que ella vale para todo.

Proviene de: Manila (Filipinas), como los mantones.


Hola, soy Imelda, pero mis amigos me llaman Imeldita. Al fin y al cabo, soy una muchacha sencilla, sin pretensiones, ni excesos. Ahora me dedico a las labores del hogar, o sea, a cuidar de mi maridito, a vigilar sus negocios, a desfalcar a Hacienda (¿he dicho desfalcar? ¡uy, en qué estaría yo pensando!).

Aquí donde me veis, aunque vaya vestida con un trapito cualquiera, fui modelo durante varios años. Pero creo que tengo aptitudes para algo más. Algo sencillo, como ejecutiva... ¡o mejor vicepresidenta ejecutiva! Tampoco le haría ascos a la política, ¿sabes? Porque estoy convencida de que podría ser ministra de cualquier cosa y ayudar a la gente y eso, ¿sabes? ¡Con lo cucos que quedarían mis zapatos negros nº 327 junto a un maletín ministerial! Jijiji... le preguntaré a mi maridito cómo va la cosa en cuanto salga de aquí...

¡Y es que soy una mujer casada! Los hombrecitos de la casa tendrán que mantener sus zarpas alejadas de mí porque soy una mujer comprometida, ¡aunque les cueste trabajo! O sea, yo sé que una mujer como yo es tentadora, pero tendrán que aguantarse.

Cuando conocí a mi Ferdinand… la verdad es que no fue amor a primera vista, ¿sabes?; yo era muy joven y él algo mayor, yo tenía una carrera y él un ejército… Pero bueno, con el tiempo nos conocimos mejor, nos confesamos nuestros sueños, hablamos de nuestros gustos, le eché un vistazo a su extracto bancario… ¡y me conquistó! ¡Pero tranquilos, no soy una chica fácil! ¡No se me conquista en una semana! Hace falta algo más de tiempo… unos once días, si no recuerdo mal.

No soy una esposa castradora, ni autoritaria, simplemente me gusta que mi maridito haga las cosas qué yo quiero y en el preciso momento en el que se las pido. Aparte de eso, le dejo mucha libertad.

En cuanto a mis gustos y aficiones: soy una mujer de su casa, a la que le gusta estar al tanto de las últimas tendencias, que una es sencilla, pero no tonta. Es decir, que me gusta ir de compras, leer revistas de moda, ir desfiles y fiestas, alternar con la jet-set... ¡Casi lo olvidaba! Tengo una pequeñísima e imperceptible obsesión con los zapatos, ¿sabes? ¡Tampoco es que tenga tantos! ¡Pero son tan bonitos! ¡Y de tantos tipos! De tacón, medio tacón, sandalias, zuecos, botas...

¡Pero hay otras cosas en mi vida! Me gusta mucho el cine, sobre todo las comedias: Atraco a las tres, El robobo de la jojoba, Coge el dinero y corre… Y me gusta mucho viajar: Suiza, las islas Caimán, Andorra, Mónaco… son sitios que me encantan, ¡sobre todo por su limpieza! Pero creo que, si tuviera que escoger un sitio para hacerme una casita y retirarme, elegiría una isla paradisíaca… no sé, algo como las Barbados, las Seychelles, o tal vez Hawaii.

... botines, zapatillas, bailarinas, mocasines, alpargatas...

Como meta a largo plazo, creo que me encantaría dedicar mi vida a los actos sociales y a las obras benéficas… jijiji… ¡ayudar a esos niños con mosquitas de África sería lo más! Así sería una gran dama como Grace Kelly, Jackie Kennedy o Isabel Preysler. O sea, yo creo que eso sería lo máximo...

Bueno, como la Preysler no, que menuda guarra está hecha... estuve en su casa hace poco y me hizo un tour de dos horas (¡dos!) por su colección de cuartos de baño. Pues no va la tía y me dice: "ya ves Imeldita, que unas coleccionan zapatos y otras habitaciones alicataditas hasta el techo... será cuestión de elegancia". ¡Ja! ¡Llenos de huellas estaban los azulejos, que me fije yo! No todo el mundo sabe tan bien como yo cómo esclavizar en condiciones al servicio doméstico.

... bailarinas, manoletinas, chanclas, abarcas...


¿Por qué entras en Gran Dictador?

Me gustaría que la gente me conociera de verdad; que viera algo más aparte de este perfecto de espécimen de mujer, bella, inteligente y arrolladora. Me gustaría dar algo de mí al mundo, aunque no lo merezca, porque, o sea, hay un mundo ahí fuera esperándome, muchos problemas que solucionar, muchos niños pasando hambre, muchos vagabundos mal vestidos, muchas tiendas que no he visto... ¡la cabeza de Manolo Blahnik!


De ella han dicho:



FERDINAND, marido: "Imeldita es una gran mujer; inteligente, dulce, cariñosa, desinteresada... Voy a extrañarla mucho mientras esté en el concurso, no seré nadie sin ella... ¡Imeldita, por Dios, no me pegues! ¡Lo he dicho todo cómo tú me pediste! ¡Imeldita, mi brazo derecho no, que es el que uso para ordenar!".




ALBERTINA, servicio doméstico: "La ama Imelda es una gran señora, sí señor. Todos la queremos mucho, sí señor. La echaremos mucho en falta, sí señor. Tiene muchas amistades, sí señor, pero bueno, ninguna ha podido estar aquí para hablar de ella por motivos... personales... compromisos... trabajos... ya sabe, señor. Pero yo puedo hacerlo perfectamente, señor, porque lo cierto es que es un ama muy generosa y siempre está pendiente de todos los detalles para que el servicio esté a gusto, sí señor... Mi familia y yo, mismamente, somos muy felices viviendo en el tercer armario de los zapatos, sí señor".

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